Textos de Silvina Rocha





La ausente


A Alejandra Pizarnik

Porque hablás de canto, infancia, muerte
olvido
la soledad
el miedo amor
lo primitivo

Cada palabra un puente

Y te quedaste en la mitad
no te
saltaste

Vos
la separada
lejos
la ausente



Óyeme

ÓYEME CON LOS OJOS, YA QUE ESTÁN TAN DISTANTE LOS OÍDOS, Y DE AUSENTES ENOJOS EN ECOS, DE MI PLUMA MIS GEMIDOS; Y YA QUE A TI NO LLEGA MI VOZ RUDA, ÓYEME SORDO, PUES ME QUEJO MUDA
Sor Juana Inés de la Cruz.

Gritaré con los ojos
Pediré sin sonido

Descifra mi secreto de plagado silencio
Camina el laberinto

Lo profundo en mi, mudo, casi extinto

Desbarata al bufón
Que con risa falaz
Me sobrevive


Mariposa

Belleza en reducción de corto aliento,
ropaje de colores - camufla lo que has sido –

Disfraz que invita olvido a quien desprevenido mira.
Vuelas.

Efímeras tus alas, blandes el aire en tu brevísima ilusión de reina
El tiempo desplomará de un soplo tu corona

Ahora resplandeces.

Nadie te quitará ese trono mientras vivas
porque aunque lo neguemos,
bien sabes de donde es que vienes

Cuando comience el devaneo de lo extinto
cuando perdure un poco de aquel hálito de cielo, de alegría
cuando en letargo comience la caída
y el retorno implacable hacia la tierra
recordarás que alada has sido
Que el gris gusano que aún te habita
te ha precedido.


Tiempo

sombra del sol sobre la tierra
engranaje de números y agujas
hilo de arena entre dos cuencos
cifras para una lógica incorrecta

cristalizar en un objeto
el caprichoso devenir
que en dos sentidos
se proyecta

un segundo será un día si es de urgencia
una hora un siglo en una espera
un recuerdo se signa
en un instante indescifrable

eterno en la abulia y en el tedio
fugitivo en el placer o la alegría
lento o fugaz torna
a expensas de un extraño laberinto:
la memoria